Tu
Palabra Sabia de Hoy (TPSH)
29.12.2020
Ezequiel 3.17-19 “Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; oirás, pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte. Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano. Pero si tú amonestares al impío, y él no se convirtiere de su impiedad y de su mal camino, él morirá por su maldad, pero tú habrás librado tu alma”.
Quien muere sin reconocer, y arrepentirse de sus pecados, estará apartado de Dios para siempre. Los malos serán trasladados al Seol… (Salmos 9:17).
¿Por qué? Porque saben cuándo hacen lo malo, y les “da 33”. Saben que mentir, calumniar, chismear, robar, asesinar, adulterar, … es malo, sin embargo, siguen haciéndolo. La Biblia dice: el alma que pecare, morirá (Ezequiel 18:4).
Una persona no puede ser salva si no se le predica, ni recibe a Jesucristo como su
Salvador. Porque en ningún otro hay
salvación (Hechos 4:12).
¿Pueden ser salvas esas personas que hacen mal? Sí, ¡claro! El evangelio de Cristo "es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree" (Romanos 1.16).
Por tanto, recuerda la encomienda que te toca, como Hijo de Dios “Id por todo el mundo y predicad el evangelio”. Piensa en la cantidad de personas que aún están bajo tinieblas espirituales. Si no haces tu parte por los perdidos, Dios te lo demandará. ¡Mejor obedece!
NO cierres tus ojos a esa gran realidad. Todo cristiano tendrá que comparecer ante el Tribunal de Cristo para dar cuenta, y responderá por su negligencia. Pide dirección a Dios, para llevar el Evangelio.
¡Feliz día, y que Dios
te bendiga!
Evangelista Wilda
Messina
Amén
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