Tu palabra sabia de hoy
Sábado 15.08.2020
Job 2.10 “... ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios”.
Pocas personas han pasado tan bruscamente de la prosperidad a la pobreza. Un ejemplo es Job, en un día perdió su familia y su fortuna.
Quizás Job, en su desesperación, podría culpar a la naturaleza: el rayo que destruyó sus ovejas, el viento que barrió su casa donde estaban reunidos sus hijos, o tal vez hasta habría podido maldecir a los saqueadores que destrozaron sus rebaños. Pero, aun así, ¿qué consuelo recibiría?
En lugar de ello Job, entendió la intervención de Dios. Supo que su prosperidad no era resultado de sus esfuerzos o circunstancias favorables, sino de una bendición dada por Dios. También supo aceptar que Él Señor, en perfecta voluntad, tomó lo que le había dado.
La mujer de Job, estaba desesperada por las desdichas, pero él le dijo “¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no?; y Job bendijo el nombre del Señor, pese las circunstancias.
Entendemos la mano de Dios cuando las condiciones son favorables, pero cuesta mucho hacerlo con circunstancias adversas.
Aprende a reconocer la participación divina en todo. Como Job, acepta que Dios quiere instruirte y bendecirte al final.
Desnudo saliste del vientre de tu madre, y desnudo volverás. Jehová te dio y te quitó, ¡ahora bendice su nombre! Agárrate celosamente de ese que te da tus bendiciones.
Si estás en medio de una prueba o circunstancia -como las de Job-, muestra tu fe y Dios mostrará su misericordia y poder contigo.
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: Conexión.Vertical)
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