Tu palabra sabia de hoy
Jueves 18.6.20
Salmos 133.1, 3 “¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!... allí envía Jehová bendición, Y vida eterna”.
Vivir en armonía es más
importante que cantar en el coro de tu congregación, predicar un brillante sermón,
ser un servidor amoroso de tu congregación; o, aún, ofrendar o diezmar sin
mancar.
Cuando aprendas esto, Dios traerá gran avivamiento a tu vida. Este, comienza cuando la gente confiesa sus faltas, se pone a cuentas con Dios y con los demás, y cuando se perdonan unos a otros.
Avivamiento no es hacer temblar tu congregación por emoción. Es, más bien, hacer que se derrumben los muros de la falta de perdón y de la desobediencia a la Palabra de Dios.
No es solo decir: haré las paces con Dios. Es decir: haré las paces con mis hermanos. Cuando hay reconciliación, viene avivamiento y regocijo. El Espíritu Santo se mueve de manera tan especial, que no habrá ningún estorbo entre tu alma y tu Salvador.
Si has tenido alguna diferencia con alguien: antes de llevar tu ofrenda al altar, déjala allí y reconcíliate primero con tu hermano; entonces ve y presenta tu ofrenda. Ponte de acuerdo con tu adversario, … no sea que él te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel. No saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante. (Mt.5.23-26). ¡Reconcíliate ya mismo! Dios es celoso, y ¡ama y enaltece a los que se humillan!
Feliz día, y que ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: Tesoros.de.la.Palabra)
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