Tu palabra sabia de hoy
Domingo 12.04.2020
Salmos
34.1-3 “Bendeciré a Jehová en todo tiempo; Su alabanza estará de
continuo en mi boca. En Jehová se gloriará mi alma; Lo oirán los mansos, y se
alegrarán. Engrandeced a Jehová conmigo, Y exaltemos a una su nombre”.
Glorificar
al Señor no se limita a rendir culto en la iglesia. La alabanza debe empapar tu vida de
creyente. Puedes adorarle con tus palabras o cantándole.
Los salmistas bíblicos
expresaban su adoración en palabras, y su amor en música. La verdadera adoración fluye de labios de creyentes que centran a Dios
en su corazón, y que desean honrarle, por ser Él quien es.
Una adoración
genuina llena tu mente y corazón con la presencia de Dios. Pero, el alabarlo con motivos equivocados, es un
acto vacío y vergonzoso para Dios.
Si
levantas tus manos y cantas solamente para sentirte bien, lo que buscas es tu
exaltación emocional.
Eso es “alabanza” vana, egoísta y NO
llega al cielo.
Dios es
alabado cuando le sirves. Has sido creado para glorificar y honrar su nombre. Por
tanto, nada debe limitar tu deseo de
trabajar para el Rey, sobre todo cuando tienes la oportunidad de darlo a
conocer a los demás.
¡Tu
testimonio como creyente es una manera estupenda de alabanza y adoración, que enaltece el
nombre de Dios!
Jesucristo
vale más que cualquier tesoro. Amarle, y entender lo que Él ha hecho por ti, debe ser toda la motivación necesaria para adorarle.
Cántale, adórale, sírvele, comparte su Evangelio.
¡Que el trono de Dios resuene con tu adoración!
Feliz domingo de Resurrección, ¡y que Dios te bendiga!
Evangelista Wilda
Messina
(Referencia: LuzMundial)
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