Tu palabra sabia de hoy
Jueves
24.10.19
Romanos 11.33-36 “¡Oh profundidad de las
riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus
juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió la mente del
Señor? ¿O quién fue su consejero? ¿O quién le dio a él primero, para que le
fuese recompensado? Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A
él sea la gloria por los siglos. Amén”.
Desde
Génesis hasta Apocalipsis, la sabiduría de Dios se ve. Pero hay un gran acontecimiento
donde vemos cómo Él se ocupó de los detalles de nuestra redención:
La concepción.
Cristo no fue un bebé común, su vida no comenzó en la concepción. Ha existido
siempre como el Hijo eterno de Dios (Miqueas
5.2; Juan 1.1-2). Su concepción fue un milagro divino.
El lugar.
Dios escogió la pequeña e insignificante aldea de Belén para que naciera Cristo.
El nombre significa “casa de pan”. Luego, Cristo se referiría a sí mismo como
“el verdadero pan del cielo” (Juan
6.32-33).
El escenario. Un
establo; un lugar nada ideal para un bebé. Jesús nació entre el ganado porque
Él es “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Juan.1.29).
El anuncio. En
vez de comunicar la noticia a los líderes religiosos o políticos, el ángel vino
a los pastores; porque el Buen Pastor había llegado (Juan.10.11).
El hilo común en estos
detalles del nacimiento de Cristo es su identificación con los humildes.
Aunque es el Rey de reyes, no vino para exaltarse, sino para vivir con nosotros
y morir por nosotros. Humillémonos para llegar a ser sabios.
Feliz día, y que Dios te
bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia: EncontactoOrg)
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