01.07.19
Josué 6.2-5, 20 “Jehová dijo a Josué: yo he entregado en tu mano a Jericó …. Rodearéis, la ciudad …,
yendo alrededor de la ciudad 1 vez; y esto haréis durante 6 días. Y 7
sacerdotes llevarán 7 bocinas … delante del arca; y al séptimo día daréis 7
vueltas a la ciudad, y los sacerdotes tocarán las bocinas. Y cuando toquen
prolongadamente el cuerno de carnero, … todo el pueblo gritará a gran voz, y el muro de la ciudad caerá; entonces
subirá el pueblo, cada uno derecho hacia adelante. Entonces el pueblo gritó, y
los sacerdotes tocaron las bocinas; y aconteció que cuando el pueblo hubo oído
el sonido de la bocina, gritó con gran vocerío, y el muro se derrumbó. El pueblo subió luego a la ciudad, cada uno
derecho hacia adelante, y la tomaron”.
De
seguro conoces la historia de Josué y de Jericó. Pero no es solo conocer lo asombroso que el Señor hizo, sino entender lo que es obedecerle.
Josué
escuchó la orden de Dios, y obedeció. Hizo
lo que se le ordenó, a pesar de 3 posibles obstáculos:
1. Pudo haber cuestionado la orden de
Dios... marchar alrededor de una ciudad no
parecería una estrategia de batalla.
2. Pudo haberse presionado por
encontrar una explicación que dar a los otros.
3. Pudo haber dejado que el temor al
fracaso le impidiera obedecer.
Josué no hizo ninguna de esas cosas. Cuando escuchó la voz de Dios, solamente siguió instrucciones. Como
resultado, Dios honró su obediencia: La
muralla cayó (vs.20).
¿Estás dispuesto a hacer lo que Dios te
diga, a pesar de tus dudas? TODA promesa de Dios
es razón para confiar y obedecerle.
Feliz inicio de semana y de mes. Que Dios te siga bendiciendo!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: EncontactoOrg)
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