05.06.19
Lucas 9.28-31 “Aconteció como ocho días después de
estas palabras, que tomó (Jesús) a Pedro, a Juan y a Jacobo, y subió al monte a
orar. Y entre tanto que oraba, la apariencia de su rostro se hizo otra, y
su vestido blanco y resplandeciente. Y he aquí dos varones que hablaban
con él, los cuales eran Moisés y Elías; quienes aparecieron rodeados de
gloria, y hablaban de su partida, que iba Jesús a cumplir en Jerusalén”.
Esas palabras de las que Lucas se
expresa en el verso 28, son las dichas por Jesús en los versos anteriores de
este mismo capítulo (23 al
27). A Pedro le resultó difícil comprender la transfiguración de Jesús
delante de ellos. Imagínese, aparecieron allí Moisés y Elías, hablando con
Jesús de su partida (vs.31).
Pedro, que no podía entender lo que veía, por reacción humana e incomprendida, deseó hacer algo, 3 enramadas; 1 para Jesús, 1 para Moisés y otra para Elías (vs.33). Pero mientras Pedro hablaba a Jesús vino una nube y les cubrió, por lo que se atemorizaron. Hay veces que tú piensas que tienes que ayudar a Dios. NO lo hagas. Permítele a Él trabajar, hablar y enseñarte.
La nube que les cubrió (vs.34) fue símbolo de la
presencia de Dios que les envolvía; parecido a lo ocurrido en el monte Sinaí,
en el tabernáculo en el desierto, en el templo de Salomón... Cuando buscas la presencia divina, el poder
de Dios te envuelve.
El verso 35 muestra a Dios Padre
dando testimonio de su Hijo amado; y confiriéndole autoridad. Con amor, gozo y poder Dios quiere bendecir
a sus hijos, y se goza en hacerlo.
Nunca es en vano buscar la presencia
divina; Dios galardona a los que le buscan!
Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: MensajesSermonesParaPredicar)
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