11.06.19
Génesis 25.29-34 “Y guisó
Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo, cansado, dijo a Jacob: Te ruego
que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. …. Y Jacob respondió: Véndeme en
este día tu primogenitura. Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para
qué, pues, me servirá la primogenitura? Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y
él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura. Entonces Jacob dio a Esaú pan y
del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura”.
Después de
leer esta historia, pudieras pensar: Cómo es posible que Esaú vendiera
su primogenitura por un simple guiso de lentejas. ¡Qué tonto! Y tú: ¿No tendrás algo muy valioso que estés cambiando por algo sin valor?
¿Cuál pudiera ser tu “guisado de
lentejas”? ¿Buscar riquezas
y carrera a expensas de la soledad de tu familia? ¿Una agenda tan apretada que
te impida pasar tiempo con Dios y su Palabra? ¿Una relación extramarital,
que ha dañado el bienestar de tu familia? ¿Sacrificar tu salud consumiendo
sustancias perjudiciales o adictivas, inclusive de exceso de comida?
Cuando
cedes a las tentaciones, sacrificas tu futuro por un placer momentáneo. No bases tus decisiones en deseos
o sentimientos inmediatos.
El
principio de sembrar y cosechar no se puede revertir (Gálatas 6.7). Considera lo que estás sembrando. La cosecha vendrá, y segarás lo que hayas sembrado, y más de lo
que hayas sembrado.
¿Piensas
hacer algo que pudiera tener serias consecuencias en tu futuro? Una persona sabia evalúa hoy, mirando el
mañana! No permitas que “un guisado
de lentejas” arruine los planes maravillosos que Dios tiene para ti.
Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia:
WorldChallengeOrg)
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