05.04.19
Salmos 13:1-3, 5 “¿Hasta cuándo, Jehová?
¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí? ¿Hasta
cuándo pondré consejos en mi alma, con tristezas en mi corazón cada día? ¿Hasta
cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí? Mas yo en tu
misericordia he confiado; mi corazón se alegrará en tu salvación”.
Es habitual que durante un viaje,
largo o corto, alguien pregunte: ¿Ya llegamos? o ¿Falta mucho? ¿Quién no ha
escuchado estas preguntas hechas por niños o adultos ansiosos de llegar a su
destino? Pero también hay personas de todas las edades que tienden a preguntar
cosas similares cuando situaciones difíciles en la vida parecen no terminar
nunca.
Tal
fue el caso de David en Salmos 13. Cuatro veces en los versículos 1 y 2, al sentirse olvidado, abandonado y
derrotado, preguntó angustiado: ¿Hasta cuándo?
Salmos
de lamento, como este, dan permiso para acudir
al Señor en adoración con tus propias preguntas. Después de todo, ¿quién mejor que Dios para que le hables durante
momentos de estrés y tensión? Puedes presentarle tus enfermedades,
tristezas, desamparo, falta de empleo, deudas, alejamiento de seres queridos,
en fin, todo tipo de problema.
Tu adoración no debe cesar cuando
tienes preguntas. El Dios soberano recibe con
agrado que le presentes todas tus angustia. Y como
David, puede que llegue el momento en
que esas preguntas se conviertan en expresiones de confianza y alabanza al
Señor (vss.3-6).
No dejes de adorar a Dios cuando tengas preguntas; tu alabanza a Él pudiera
ser recompensada con hermosas respuestas!
Dios te bendiga!
Evangelista Wilda
Messina
(Referencia:
NuestroPanDiario)
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