02.04.19
Salmos 24:1 “Del Señor es la
tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan”.
Cuando inclinas la cabeza para orar en tu almuerzo, pudieras decir algo
como: Padre, gracias por permitirme
respirar tu aire y comer la comida que me provees!
Quizás estés sin empleo, pero, con una oración como esa, se puede percibir
cuán profunda confianza tienes en Dios y cómo reconoces que todo le pertenece a
Él! Y demuestras el entendimiento de que
aun las cosas más básicas de la vida son de Dios y Él simplemente te deja
usarlas.
Cuando David recibió ofrendas de los israelitas para construir el templo
en Jerusalén, oró y dijo: ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que
pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo
recibido de tu mano te damos. Y agregó: «todo es tuyo» (1er. Libro de Crónicas 29:14, 16).
Incluso la capacidad para
producir riquezas y ganarte la vida proviene de Dios (Deut.8:18). Entender que todo
lo que tienes es prestado te lleva a no
aferrarte a las cosas de este mundo, a ser
generoso y a compartir agradecido
las bendiciones diarias. Dios es un dador generoso, al punto de que
dio a su Hijo por nosotros (Rom.8:32).
Tú has recibido más de lo que
mereces. Mira hacia atrás y comienza
a recordar o a anotar todo lo recibido; luego, da gracias al Señor por todas las bendiciones…sean grandes o
pequeñas. Ten presente que toda buena dádiva proviene de Dios!
Se generoso, Dios te bendecirá y multiplicará mucho más!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia:
NuestroPanDiario)
No hay comentarios:
Publicar un comentario