11.3.19
2 Corintios 6:11 “Nuestra boca se ha abierto a ustedes, oh corintios; nuestro
corazón se ha ensanchado”.
Pablo habló a una
iglesia que entraba en una nueva temporada. Con una historia buena y gloriosa,
pero también con pruebas y dificultades. Con algo en común con todos los demás:
se llama la carne, esa cosa que hace que
no llegues a alcanzar lo mejor de Dios.
La iglesia en
Corinto estaba llena de carnalidad (inmoralidad sexual, divisiones entre ellos…),
pero Pablo les aseguró que su corazón estaba abierto para ellos; les desafió y
quiso corregirlos. También anheló ver
que el crecimiento y la madurez tuvieran lugar en ellos. Cuando dijo: “No estén estrechos” (vs. 12), les dijo que no había limitaciones para ellos, y que eran libres para entregarse a Jesús, quien les limpiaría de todo pecado.
No seas de poca fe,
no limites la obra del Espíritu Santo en ti. El versículo 12 sigue diciendo: “…si son estrechos en su propio corazón”. O
sea, ¿qué te mantiene limitado, incluso aburrido en tu fe? ¿Por qué no dejas que surja una explosión
de fe en tu vida?
Quizás has sido herido, ¿quién no?; y esto
evita que profundices en las cosas del Señor. Pero la Palabra dice: “Y seré para ustedes
por Padre, y ustedes me serán hijos e hijas” (vs. 18). Un padre da dirección, habla
bendición y te deja una herencia.
“…puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne
y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios” (7:1). Las promesas de Dios ofrecen una
comunión renovada con Cristo, lo cual te hará andar en santidad ¡de manera que
nunca antes has experimentado!
¡Feliz y bendecido inicio de semana!
Evangelista Wilda
Messina
(Referencia:
WorldChallengeOrg)
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