7.1.19
Juan 8:28-29 "Les dijo, pues, Jesús: Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que yo soy, y que nada hago por mí mismo, sino que según me enseñó el Padre, así hablo. Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada".
Jesús vivió su vida en la tierra en total dependencia del Padre. Él no hizo ni dijo nada hasta consultar primero con su Padre en gloria. Y solo hizo los milagros que el Padre le instruyó. La práctica de oír la voz de su Padre, era parte de su caminar diario.
Hay una escena donde Jesús sanó a un hombre lisiado cerca del estanque de Betesda. Los líderes judíos se enfurecieron porque "Jesús había quebrantado el día de reposo". Pero Jesús respondió: Solo hice lo que mi Padre me dijo. Él me ama y me muestra todas las cosas que Él hace (Jn. 5:19-20). Jesús claramente dijo: Es mi Padre quien me enseña todo lo que debo hacer.
Jesús, en carne, tenía que confiar en la obra diaria de la voz del Padre. Debía escucharle hora tras hora, milagro tras milagro, día tras día.
Jesús escuchaba la suave y quieta voz de su Padre mediante la oración. Jesús iba a un lugar solitario para orar. Aprendió a oír la voz de su Padre mientras estaba de rodillas!
Te animo a pasar tiempo con Jesús en tu lugar secreto de oración. Y a recibir gloriosas verdades!
Feliz inicio de semana, y que DIOS te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: WorldChallengeOrg)
No hay comentarios:
Publicar un comentario