3.1.2019
Salmos 73:1-3 “Ciertamente
es bueno Dios para con Israel, para con los limpios de corazón. En cuanto a mí,
casi se deslizaron mis pies; por poco resbalo. Porque tuve envidia de los
arrogantes, viendo la prosperidad de los impíos“.
Asaf escribió
este capítulo. Él era amigo de David. Tenía
corazón puro y creía en la bondad de Dios. Por eso inició diciendo que era
bueno Dios. Sin embargo, en el verso 2, confiesa: “¡Casi me deslizo! Casi caigo en
pecado”.
Él enfrentaba grandes problemas (vs.14), y luchaba
con las comparaciones. Dijo: tuve envidia de los arrogantes, y vi la
prosperidad del impío (vs.3). Cuántos malvados con grandes riquezas...
Él decía
algo como: Míralos, no oran, descuidan la Palabra de Dios, desobedecen, pero no
son azotados como otros (vs.5). No se hartan de hacer lo malo, pero prosperan. Mientras yo estoy
débil y adolorido, sus fuerzas son aumentadas (vs.4).
Y ¿cuál fue
el pecado en el que Asaf casi cae? El creer que sus sufrimientos eran injustos,
y que Dios era un indolente. ¡Esa es una
trampa en la que cualquiera puede caer, por lo tanto, hay que tener mucho
cuidado!
Cuando te llegue una prueba, y estés afligido, debes proteger tu corazón
contra los resbalones. Asaf se
protegió yendo al santuario de Dios (vs.17), meditando en el Señor; y se decía: No dejaré que
el diablo me tumbe, se lo diré a mi Señor.
Asaf casi resbaló, pero se aferró a Dios, y terminó en victoria. Puso en Jehová el Señor su esperanza, y podía contar todas sus obras”
(vs.28).
No vayas a resbalar, corre hacia Jehová tu Dios, que Él te oirá y bendecirá!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia:
WorldChallengeOrg)
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