Martes 29.1.19
2 Corintios 7:4-5 “Mucha
franqueza tengo con ustedes; mucho me glorío con respecto de ustedes; lleno
estoy de consolación; sobreabundo de gozo en todas nuestras tribulaciones. Porque
cuando vinimos a Macedonia, ningún reposo tuvo nuestro cuerpo, sino que en todo
fuimos atribulados; de fuera, conflictos; de dentro, temores”.
La vida cristiana no es fácil. Todo creyente tendrá sus días malos. Qué bueno que la mayoría se da
cuenta que Jesús está presente, no sólo cuando las cosas van bien, sino también
durante las difíciles. Saben que Él es fiel, está atento en todo tiempo y se
conmueve con cada sufrimiento.
Pablo fue golpeado por un mal día mientras
viajaba a Macedonia, y confesó que su hombre interior estaba lleno de
temores. Pablo no era un superhombre, él estaba sujeto a las mismas
emociones humanas que tú. Pero él fue disciplinado y nunca cedió a sentimientos
y tentaciones.
¿Estás pasando por un mal día, una mala semana, una
larga temporada de desaliento? ¿Estás deprimido,
desanimado, con pensamientos de rendirte? Si es así, ¿te preguntas cómo
reaccionará Dios ante tu prueba? ¿Te reprenderá o te castigará? ¡No, nunca!
Pablo te dice que el Señor nunca está más cerca de ti, ni más pronto para
ayudarte que cuando estás derribado y herido.
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor
Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos
consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros
consolar a los que están en tribulación, por medio de la consolación con que
nosotros somos consolados por Dios” (2 Corintios 1:3-4).
Los días malos vienen para que maduremos, y para
estar cada vez más consciente de que se tienen los recursos para tratar con el
enemigo.
Feliz día. Que Dios te fortalezca y bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia:
WorldChallengeOrg)
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