Viernes 07.12.18
Hechos 5:3-4 “Y dijo Pedro: Ananías,
¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y
sustrajeses del precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y
vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has
mentido a los hombres, sino a Dios”.
Muchos
han oído hablar del Espíritu Santo, luchan por entender su papel, o tienen una
vaga noción de quién es. Aunque no lo
entiendan, el Espíritu Santo, es tan divino como el Padre y el Hijo.
Consideremos estos hechos
acerca del Espíritu Santo:
*
Posee personalidad divina, y elige gente para ministerios. (Hechos 13:2).
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Se comunica con nosotros (Apocalipsis 2:7).
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Escudriña las profundidades de Dios para darlas a conocer a los creyentes (1 Corintios 2:9-12).
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Es el que hace de Cristo una realidad viviente (Efesios 3:16-17), de hecho es llamado Espíritu de Cristo (Romanos 8:9).
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Está al mismo nivel que el Padre y el Hijo, es parte del Dios trino.
El
plan de Dios, en la redención, era que deberíamos
vivir una vida llena del Espíritu Santo: “No nos embriaguemos con vino, en
lo cual hay disolución; antes bien sean llenos del Espíritu” (Efesios 5:18). Una buena descripción de “ser llenos” es decir que el Espíritu controla y dirige.
¿Te
gustaría amar con mayor profundidad y libertad? ¿Deseas tener autodisciplina?
¿Estás produciendo frutos? Para que estas cosas sucedan, debes entregarte al Ayudador, al Espíritu Santo, el único que puede
producir autodisciplina, amor y valentía en ti: “Porque Dios es el que
produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” (Filipenses 2:13).
Que tengas un feliz viernes, y que Dios te bendiga!
Wilda M.V.
(Referencia: WorldChallengeOrg)
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