Domingo 09.12.18
Hechos
2:41-47 “Así que, los
que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como 3000
personas. Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la
comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Y
sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por
los apóstoles. Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en
común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a
todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día
en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y
sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el
pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos”.
Cuando surgió la iglesia primitiva, sus miembros perseveraban en varios aspectos; uno de ellos, la comunión unos con otros para unidad y apoyo entre sí.
Este ejemplo de cristianos parece haber perdido su importancia hoy, porque vemos cómo muchos hermanos, por simplezas, dejan de congregarse.
Asistir a la iglesia es importante para aprender sobre la Palabra de Dios, pero también para estrechar lazos de amor y unión con nuestros hermanos en la fe.
Congregarnos no es una cuestión religiosa, por el contrario, de esta manera participamos activamente del cuerpo de Cristo que es la iglesia, lugar en el cual también servimos a Dios.
Si no estás asistiendo a una iglesia o piensas dejar de ir, te invito a reflexionar en este pasaje; imita el ejemplo de los primeros cristianos y esfuérzate en ser miembro activo en tu congregación.
No dejes de congregarte, porque aquel gran día de que habla el Señor, está muy acerca.
Obedece al Señor, congrégate junto a tus hermanos en la fe, y Él te bendecirá!
Wilda M.V.
(Referencia: CVClaVoz)
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