Lunes 03.12.18
Hechos 20:35 “En
todo les he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y
recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir”.
Alguien estaba ansiosa por
reunir a sus familiares y amigos en una fiesta en su casa. Todos invitados
deseaban estar, y querían colaborar llevando alguna comida, a fin de compartir gastos.
Una de las invitadas tenía pocos recursos, y aunque ansiaba estar con sus seres
queridos, no podía comprar algo para llevar. Entonces, se ofreció para, a
cambio, limpiar la casa de la anfitriona.
Le habrían recibido igual en la mesa aunque hubiese ido con las
manos vacías. Sin embargo, ella pensó en lo que tenía para ofrecer -su tiempo y
su talento-, y lo llevó de todo corazón al compartir. Nosotros como creyentes debemos ansiar ayudar a los demás, tener
disposición, y motivarnos a dar lo que pueda ser aceptable, sin importar monto
o medida.
Existe una tendencia a comparar lo que se da, con lo que dan los
demás; en especial, cuando no se puede dar tanto como se quisiera. Pero Dios lo que verdaderamente ama es tu
disposición a dar.
Que hoy puedas decir: Señor,
gracias por lo que ya me has dado a mí; ahora enséñame a dar generosamente a los
demás. A Dios le encanta lo que se da de corazón, sin importar cuánto sea.
Tú puedes
hacer una gran diferencia! No es lo que tienes que dar, es lo que
estés en disposición y motivación de dar.
Que Dios te guíe y bendiga!
Wilda M.V.
(Referencia: NuestroPanDiairo)
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