28.9.18
Hebreos
4:15-16 “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda
compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según
nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos confiadamente al trono de la gracia,
para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”.
Jesús se
siente particularmente afectado por el dolor, la confusión y la desesperación
que tú puedas estar sintiendo. Nada de lo que experimentes a Él le es
desconocido.
Cuando la Palabra habla de que te acerques confiado
al trono de la gracia de Dios, es que te acerques a Él en oración, ya que Él
estará atento a tu clamor, con
misericordia y oportuno socorro. Tu Salvador
sabe exactamente por lo que estás pasando, y también sabe cómo ayudarte a pasar
ese desierto!
Su misericordia le hace otorgarte de Su gracia, lo
cual es un reflejo de Su tan grande bondad y amor especial. Esa gracia la obtienes cuando, amándolo y honrándolo, Él te exalta y bendice, solo porque le eres
fiel y obediente!
A
quien el Padre le extiende Su gracia, es porque demuestra un corazón limpio y sabio,
así como una boca prudente. Es
alguien que no se hace partícipe de lo malo, no encubre el pecado y se goza con
la verdad.
Cuando vas en
confianza ante el Padre, y Su trono de gracia, puedes escapar de la espada que
el enemigo de las almas tiene o tenía preparada para ti, y puedes hallar ese
reposo que tanto anhelas!
Recuerda: El único grande y Sumo Sacerdote,
Jesucristo, se puede compadecer de todas
tus debilidades. Que
hoy sea el día, para que Dios ponga en ti de Su gracia, y seas de buena
voluntad para con Él y para con los demás!
Muy feliz y bendecido día!
Wilda M.V.
(TPSH 27.11.22)
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