11.09.2018
Sofonías 1:12,14 “Acontecerá en aquel tiempo que yo
escudriñaré a Jerusalén con linterna, y castigaré
a los hombres que reposan tranquilos como el vino asentado, los cuales dicen en
su corazón: Jehová ni hará bien ni hará mal. Cercano está el día grande de
Jehová, cercano y muy próximo; es amarga
la voz del día de Jehová; gritará allí el valiente”.
Dios busca creyentes que deseen ser verdaderamente
santos. Él viene, por así decirlo, con lámparas
para escudriñar los corazones, mirar en lo profundo, sondear tus pecados, aun
los que has pensado, y no ejecutado, y por los cuales no te has arrepentido.
Cuando Dios usa sus
lámparas, ve cosas que ni siquiera tú reconoces. Su foco de búsqueda traspasa hasta el polvo, nada queda fuera de Su perímetro. Puedes
pensar que tu vida está limpia, u olvidar que Él está trabajando en cierta área…
y que, luego, irá a otra.
Cuando Él enciende Su lámpara sobre ti, verá mucho
que transformar. Dios es minucioso,
y no se detendrá hasta que te elimine
todo lo que no viene de Él.
Dios busca tu humildad, tu compasión, tu intercesión, tu
servicio desinteresado, tu pasión por los que se pierden… Busca un corazón humillado
y quebrantado, que diga: ¡Tengo hambre por
Jesús!
Dios quiere personas que no sólo muestren buena
vida por fuera, sino dispuestas a hacer
y decir lo correcto. Quiere corazones
cambiados y deseosos de vivir la santidad en los rincones más profundos de
sus vidas, y deseosos de erradicar toda mundanalidad, de que Cristo crezca, y ellos mengüen (Jn.3:30).
Feliz martes!
Wilda M.V. (Referencia: WorldChallengeOrg)
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