20.9.18
Isaías 55:1-3, 6-7 "A todos los sedientos: Vengan a las aguas; y los que no tienen dinero, vengan, compren y coman. Vengan, compren sin dinero y sin precio, vino y leche. ¿Por qué gastan el dinero en lo que no es pan, y tú trabajo en lo que no sacia? Oigan atentamente, y coman del bien, y se deleitará su alma con grosura. Inclinen sus oído, vengan a mí; oigan, y vivirá su alma; y haré con ustedes pacto eterno, las misericordias firmes a David.
Busquen a Jehová mientras puede ser hallado, llámenlo en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar".
Cuando se trata de emociones, podemos ser como los niños, que no se sacian. Buscamos maneras de satisfacer los anhelos más profundos, pero nada es suficiente.
El profeta Isaías invita a los que tienen hambre y sed, a que vengan, compren y coman. Luego, pregunta: ¿Por qué gastas en lo que no es pan, y en lo que no sacia? Es que Isaías habla de algo más profundo que hambre física.
Solo Dios puede satisfacer tu hambre espiritual y emocional, con la promesa de su presencia!
En Dios hay un pacto eterno. En Juan 6:35 y 7:37, Jesús te hace una invitación, como el Salvador profetizado por Isaías.
¿Tienes hambre? Dios te invita a ir a Él y llenarte de Su presencia!
Dile hoy: Señor, solo tú puedes satisfacer mis deseos más profundos. Hoy quiero conocerte más! Ayúdame en mi incredulidad.
Dios te bendiga y feliz día!
Wilda M.V.
(Referencia: Nuestro pan diario)
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