Lucas 18:1-7 “También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. Había también una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que, viniendo de continuo, me agote la paciencia. Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche?...”
Orar y persistir es para algunos un reto, se cansan y “tiran la toalla”. Moisés oraba, y también se cansaba (Éxodo 17.12). Si eso le pasaba a uno de los líderes más grandes del Señor, no te sorprendas que ocurra en ti.
El que te desanimes en tus batallas, es porque tus ojos se enfocan en las circunstancias, permites que el enemigo distorsione la perspectiva del conflicto, y ves barreras invencibles.
No es raro sentir pánico y decir:¿Qué voy a hacer? Me cansé. No seguiré…
Recuerda: El enemigo se regocija cuando te das por vencido. La derrota no es, ni debe ser tu opción. Si ves a través de los ojos de Dios, contemplarás un panorama diferente.
Talvez solo necesites orar con fervor; cuando lo hagas tu fe y perseverancia crecerán.
Sigue orando, haz como la viuda de esta historia, persevera. Vivirás la seguridad que Dios te da, mientras Él pelea por tí.
Feliz día, mantente firme en la oración, y ¡Que Dios te bendiga!
Wilda M.V.
(Referencia: Encontacto)
No hay comentarios:
Publicar un comentario