Meditación 14.5.18
Te invito que leas en los siguientes versos bíblicos 2 Timoteo 1.1-9.
¿Qué desea dejarle a tus hijos? Es probable que a todos nos gustaría dejar una cuantiosa herencia material, pero hay algo incluso más valioso: un legado espiritual.
El apóstol Pablo admiraba el legado de fe que fue transmitido a Timoteo por su madre y abuela. Aunque Eunice y Loida no podían conferirle la salvación, fueron un ejemplo de fe en Dios.
La herencia más grande que recibió Timoteo fue la instrucción espiritual y el ejemplo de estas mujeres. Para los padres que deseen transmitir un legado de fe, los siguientes valores deben ser parte de sus vidas:
Principios. Conocer y practicar los principios bíblicos. Los padres no pueden transmitir lo que no poseen, pero los que aman y obedecen la Palabra de Dios, compartirán con entusiasmo lo que han aprendido.
Ejemplo. Aplicar los principios bíblicos a tu vida y ejercitarlos en presencia de tus hijos. Un modelo permanente de obediencia a Dios inspirará a tus hijos a buscar al Señor; decir una cosa y hacer otra es un mal ejemplo.
Persistencia. No darte por vencidos a la hora de impartir conocimiento espiritual. Aprendí este sabio hábito de mi madre, quien se propuso sembrar en mí los valores que necesitaría para convertirme en un adulto consagrado. Para enseñarme una lección, me la repetía y me mostraba lo que debía hacer, hasta que se aseguraba de que yo la hubiera aprendido.
Nunca es demasiado tarde para trabajar en pro de un legado espiritual. Al igual que la madre y la abuela de Timoteo, no nos conformemos solo con criar a nuestros hijos. Nuestra meta debe ser mostrarnos como ejemplos de una vida de santidad que les inspire a amar y seguir a Cristo.
(EnContacto.org).
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