2do. Libro de Samuel 19.1-2 “Aquel día la victoria se volvió en luto para todo el pueblo; porque oyó decir el pueblo aquel día que el rey tenía dolor por su hijo.”
Hoy venimos con la 2da. parte acerca de qué hacer ante el sufrimiento.
*3. No dejes que te consuma el dolor*: Cuánto más te ocupes del dolor más consumirás tus energías. Joab fue y le dijo a David que tenía que salir de su estado para no ser consumido (vss. 5-6).
*4. No te resientas a causa del dolor*: Puede que tu dolor incluya abuso físico, mental, espiritual, pero nada puede dañarte más que tu propio enojo, tu propio resentimiento, y la herida que tú mismo te has cavado.
El resentimiento es como una porción de veneno que tú te has ido tomando, y con el cual esperas que sean otros los que mueran.
Tarde o temprano terminarás muriendo tú. “Solamente te haces daño a ti mismo con tu enojo” (Job 18:4).
Todos pasamos por situaciones difíciles, y todos tenemos que tomar decisiones acerca de ello.
Si pones en manos de Dios esa situación X, y dejas que Él sane tus heridas, cuán diferente comenzará a verse tu vida.
El Dios Todopoderoso quiere verter de su Espíritu en ti, para que puedas sanar tus heridas y cambies tu lamento en baile y alegría.
Acepta lo que no puedes cambiar. Y esfuérzate en cambiar lo que si puedes.
Enfócate en lo que viene y no en lo que ya pasó. Cuántas cosas hermosas podría tener Dios para ti, pero es necesario que tu corazón sea sanado.
La mejor forma de salir de tus penas, dolores y frustraciones es confrontarlos de la mano de Dios y con oración.
Vuélvete a Dios hoy, recibe la paz, el consuelo y las bendiciones que solamente en Él podrás hallar.
*Feliz día y que Dios te dirija y bendiga!*
Wilda M.V.
(Referencia: VTRH Ministries)
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