Meditación 9.4.18
Colosenses 1.10-14
“para que anden como es digno del Señor, agradándole en
todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de
Dios; fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para
toda paciencia y longanimidad; con gozo dando gracias al Padre que nos hizo
aptos para participar de la herencia de los santos en luz; el cual nos ha librado
de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en
quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados”.
El apóstol Pablo deseaba con fervor que el cuerpo de
Cristo —cada iglesia y creyente— madurara espiritualmente. Al saber que tal
crecimiento impactaría al mundo, el apóstol pedía que los creyentes conocieran
la voluntad de Dios para luego...
Vivir en santidad. Pablo oraba para que nuestras conversaciones, conducta y carácter fueran
congruentes con los del Señor. Los cristianos somos los representantes de
Cristo, y por eso nuestra vida debe ser una extensión de la suya, con ojos que
vean con compasión a los demás, con corazones que ofrezcan perdón y amor, y con
manos que estén ocupadas en servir. El carácter del creyente, aunque
imperfecto, debe reflejar cada vez más la piedad del Señor.
Hacer lo bueno. A los ojos de
Dios, no todo lo que hacemos es fructífero; muchas de nuestras actividades
surgen del deseo de complacernos o de complacer a otros. Pero lo único que
importa es lo que hagamos en obediencia a nuestro Padre celestial. El Señor
habló de la importancia de dar mucho fruto, lo cual solo es posible cuando
estamos conectados con Él (Juan 15.5).
Experimentar el poder de Dios. Por medio de la presencia del Espíritu Santo, tenemos todo lo que
necesitamos para hacer la voluntad del Padre celestial.
Mantenernos dedicados y agradecidos. Dios responde en su tiempo perfecto.
Debemos permanecer firmes en la oración, y agradecidos
por todo lo que Él ya ha hecho.
Ya sea que al orar usemos estos versículos en favor de
nosotros o de otros, podemos saber que nuestras peticiones están en armonía con
la voluntad del Señor. Primera de Juan 5.14, 15
nos dice que al orar de esta manera tendremos la maravillosa seguridad de que
Dios responderá de manera positiva. (EnContacto.org).
No hay comentarios:
Publicar un comentario