Salmos 107:31-33 "Alaben la misericordia de Jehová, y sus maravillas para con los hijos de los hombres. Exáltenlo en la congregación del pueblo, y en la reunión de ancianos lo alaben. El convierte los ríos en desierto, y los manantiales de las aguas en sequedales".
Un pastor joven, al cual el Señor había estado usando de manera maravillosa, pero que ahora estaba desanimado, se sentía inútil, inservible, sin utilidad para con Dios, y a punto de dejar el ministerio, le habló a otro más maduro, para decirle que estaba devastado por decisiones que había tomado, y estaba a punto de darse por vencido.
Él joven se sentía enojado con Dios y pensaba que estarían enojados con él. Pero él estaba tan quebrantado y abatido que sólo era necesario mostrarle el amor y la compasión de Dios hacía él. No era necesario sermonearle, ni reprenderle; si orar.
Era necesario decir: “Querido Señor, ¿qué puedo decirle a este hombre para que sane su alma atribulada? ¿Qué tienes tú para él? ¿Qué consuelo de tu Espíritu, de tu Palabra?” El Señor le recordó Salmos 107, el llamado "el banquete de amor del Antiguo Testamento", el cual es alentador y está dirigido a aquellos que necesitan perdón, liberación, y restauración.
En el recibirás grandes muestras del amor de Dios, incluso hacia los rebeldes y desobedientes. Es de promesas y pruebas de que Dios nunca abandonará a ninguno de sus hijos, sin importar cuán bajo haya caído; y de que Su oído está siempre atento a nuestro clamor.
Feliz inicio de semana, y que Dios te restaure y bendiga!
Wilda M.V.
(Referencia: WorldChallengeOrg)
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