Meditación 22.01.18
Te invito a que leas 1 Samuel 13.1-14, donde
nos habla de que en el reinado de Saúl, quien estaba autorizado para ofrecer
holocaustos y ofrendas al Señor era el profeta Samuel, pero Saúl se apresuró a
ejecutarlo. Cuando llegó Saúl le reprochó por el hecho, diciéndole: Locamente
has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había
ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para
siempre. Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón
conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre
su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó…
Como creyentes, queremos obedecer la voluntad de Dios,
pero a veces no sabemos qué camino tomar. Tal vez estamos en una encrucijada,
preguntándonos cuál camino es el del Señor. O tal vez después de avanzar un
poco, de repente nos encontramos con una puerta cerrada. ¿Qué debemos hacer
cuando el camino por el que queremos viajar está bloqueado?
Imagínese parado junto a una de estas puertas. Primero:
Prueba la perilla, pero no cede. Entonces saca las llaves y busca una que
encaje. Cuando eso falla, usted llama a unos amigos para preguntarles si saben
cómo abrirla. Finalmente, frustrado, toma una ganzúa y abre la puerta
forzándola. El problema con todos estos métodos es que no le llevarán a donde
el Padre celestial quiere que usted vaya.
El rey Saúl descubrió esto cuando abrió una puerta que el
Señor había cerrado. Debía haber esperado a Samuel, ya que solo los sacerdotes
podían ofrecer sacrificios. Pero Saúl miró las circunstancias a su alrededor,
se asustó, y decidió encargarse de eso personalmente. En vez de estar en la
puerta, confiando en el Señor y esperando que Él la abriera en el momento
preciso, Saúl forzó la entrada y, como resultado, perdió su reino.
Los costos de la desobediencia son siempre más altos que
los beneficios de introducirse por una puerta cerrada. Si el Señor ha cerrado una entrada, es para protegerle. La
respuesta correcta es esperar con paciencia y ser fiel en la situación.
Con el tiempo, Él abrirá la puerta o bien le redirigirá al camino que
conduce a su voluntad.
(De Encontacto)
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