miércoles, 15 de noviembre de 2017

“El buen uso del tiempo”  


Meditación 15.11.17

Te invito a que te pongas en contacto con la lectura bíblica que avala esta meditación en Mateo 25.14-28.  Ahí podrás ver la parábola de los talentos, la cual pone de manifiesto cómo es el reino de los cielos, qué hacer y que no hacer con lo que Dios nos ha dado.

Como dicen esos pasajes de hoy, el Señor nos da capacidades y recursos, y desea que los usemos bien. Uno de estos regalos es el tiempo.

Para manejar bien nuestros días, debemos revisar el día que acabamos de vivir: ¿Qué actividades elegimos? ¿Cuánto tiempo tomó cada una? ¿Cuáles fueron los resultados? Esta disciplina revelará qué es lo más importante para nosotros.

Al mirar de cerca nuestras evaluaciones, podemos determinar lo que guía nuestras decisiones en cuanto al uso del tiempo. Algunas personas reaccionan, la mayor parte del día, a las circunstancias. Saltan de una cosa a otra, respondiendo llamadas telefónicas, reorganizando estantes, o haciendo cosas que se les presenten en el momento. Pero este estilo de vida no es bueno.

Otras personas usan su tiempo de acuerdo a sus deseos. Quieren relajarse, por lo que al llegar a casa se dedican a ver televisión, o a disfrutar de un pasatiempo. Tales deseos no son malos, pero no deben guiar la mayor parte de nuestras acciones.

Felizmente, también hay personas que viven de acuerdo con lo que consideran importante. Amar a Dios y servir a los demás, son ejemplos de valores bíblicos que deben determinar lo que hagamos con nuestro tiempo.

Si usted hace una lista de sus actividades y calcula el tiempo que le dedica a cada una durante la semana, se sorprenderá al ver cuáles tienen más peso.
Cada momento es un regalo; por tanto, aparte unos minutos cada noche para planificar. Después, reexamine la manera cómo utilizó las últimas 24 horas. Esto le ayudará a vivir con propósito.
(De Encontacto.org)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

ESA GRACIA INMERECIDA DE DIOS

27.11.2024 SANTIAGO 1.17-18  “ Toda buena dádiva y don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, n...