Martes 26.9.17
Salmos 88:2-4 "Llegue mi oración a tu presencia; inclina tu oído a mi clamor. Porque mi alma está hastiada de males, y mi vida cercana al Seol. Soy contado entre los que descienden al sepulcro; soy como hombre sin fuerza".
Quizá leyendo estos versos digas: esas palabras están muy duras, qué bueno que no aplican para mi. Aunque otro quizá diga: mejor no ha podido Dios describirme hoy el cómo me siento😔
Así ocurre, hay días que son para unos reír, mientras que para otros, son para llorar.
Veamos un poquito sobre este capítulo 88 de Salmos...
Lo primero que vemos es el clamor de un hombre desesperado, qué pide a Dios Su ayuda. Anhelando que su oración llegue a la presencia del Padre.
Es un grito de muerte, talvez físico, pero también espiritual. Es casi convencido de que no hay remedio! Él mismo dice parecer un cadáver.
Siente que nadie le toma en cuenta, que está en un abismo oscuro. Era tan grande la tristeza, que sus ojos se llenaban de lágrimas.
Pero... a pesar de todo eso: Hacia Dios extendió los brazos, llamándole a toda hora... Él sabía que Dios siempre tiene un milagro más que hacer! Y pudiera ser para él.
Todas las mañanas le buscaba en oración; y rogaba por su ayuda...
Y tú, que estás pasando por un tiempo difícil, te vas a dejar amedrentar o vas a orar y confiar en el Padre Celestial?
Por oscuro que veas la noche, pronto Dios la puede aclarar...solo te será mejor, obedecer ser paciente, y con fe esperar!
Dios te bendiga!
Wilda M.V.
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