Meditación 25.9.17
2 Corintios 7.9, 10 “Ahora me gozo, no porque
hayan sido contristados (acongojados) , sino porque fueron contristados para
arrepentimiento; porque han sido contristados según Dios, para que ninguna
pérdida padecieseis por nuestra parte. Porque la tristeza que es según Dios
produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la
tristeza del mundo produce muerte”.
Una vez leí una
encuesta en la que se preguntó a 500 personas qué emociones acompañaban a sus
sentimientos de culpa. Las respuestas fueron desgarradoras. Las personas
manifestaron sentirse castigadas, deprimidas, indignas, rechazadas y
abandonadas. Una sensación general de baja autoestima agobiaba a los
encuestados. No tenían gozo, esperanza, ni vitalidad. En un sentido, es como si
los sentimientos de culpa hubieran destruido todo lo demás que había en sus
vidas.
Esta parece una
triste manera de vivir; no obstante, puede decirse con toda seguridad que todos
nosotros, incluso quienes somos creyentes, hemos tenido exactamente las mismas
emociones. De hecho, es posible que usted tenga fuertes sentimientos de culpa
ahora mismo. Si es así, hágase esta sencilla pregunta: ¿Cuál es el
origen de mis sentimientos de culpa?
En 2 Corintios 7.10, vemos dos formas de ese sentimiento. Una
es la tristeza que procede de Dios. Este llamado al arrepentimiento es un
recurso que el Señor usa para atraer a los incrédulos a la salvación en Cristo.
También motiva a los creyentes a confesar cualquier pecado que esté causando
“interferencias” en su comunión con Él.
La segunda forma
es la dolorosa emoción que aflige a las personas con el remordimiento y los
sentimientos mencionados en la encuesta.
Si usted ha
recibido el regalo de la salvación de Jesús, pero todavía lucha con ataques de
sentimientos de culpa, deje que la Biblia le asegure que tales sentimientos no
vienen de Dios. Él no le está atacando. Más bien, el Señor tiene las llaves que
le hacen libre. No se convierta en víctima de las mentiras del enemigo; en
Cristo usted ha sido perdonado y liberado.
(Encontacto.org)
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