Martes 22.8.17
Hechos 15:36-38 "Después de algunos días, Pablo dijo a Bernabé: Volvamos a visitar a los hermanos en todas las ciudades en que hemos anunciado la palabra del Señor, para ver cómo están. Y Bernabé quería que llevasen consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos; pero a Pablo no le parecía bien llevar consigo al que se había apartado de ellos desde Panfilia, y no había ido con ellos a la obra".
Bernabé quería que llevasen consigo a Juan Marcos; pero a Pablo no le parecía bien, ya que este se había apartado de ellos.
Pero Dios restaura al que ha caído. Juan Marcos era un discípulo que comenzó su capacitación ministerial al lado de los apóstoles Pablo y Bernabé, pero a mitad del primer viaje misionero volvió atrás (talvez se fatigó, tuvo miedo, o alguna crisis emocional, etc.).
Fue un discípulo que no renunció a su fe en Cristo, pero sí al llamado misionero de aquel momento; él era muy joven y su servicio al Señor apenas empezaba. Aquella actitud o decisión no fue bien recibida por Pablo, y se disgustó.
Bernabé acompañó a Juan Marcos en su proceso de restauración, instruyéndole con amor y paciencia, así fue capacitándolo para el ministerio nuevamente y ahora quiere llevarlo de nuevo a la misión, pero el apóstol Pablo no piensa de la misma manera, y el desacuerdo entre ellos terminó separándolos; Pablo se fue con Silas, y Bernabé con Juan Marcos, ambos a la obra del Señor.
Dios restauró a Juan Marcos, y más tarde es el mismo apóstol Pablo quien lo reconoce; tiempo después le solicita a Timoteo que lo involucre activamente en el ministerio: “... Toma a Marcos y tráele contigo, porque me es útil para el ministerio (2 Tim 4:11)
Pablo aceptó y reconoció la buena labor que Bernabé hizo en la restauración de Juan Marcos, y en aquel momento su aporte y trabajo en la misión apostólica fue muy importante.
Juan Marcos fue usado por el Señor y fundó la iglesia de Alejandría en Egipto, también una Escuela Bíblica en ese lugar, y fue el escritor del Evangelio según San Marcos.
Conclusión: El plan del Señor con cada uno de sus hijos es especial y poderoso; a pesar de lo sucedido no consideres volver atrás, toma fuerzas en Dios y persevera, al final el plan divino se cumplirá en ti. Dios es restaurador por excelencia.
Feliz día, que Dios te restaure y te bendiga!
Wilda M.V.
(Referencia: Mensajes y sermones para predicar)
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