Miércoles 2.8.17
2 Crónicas 15:7 "Pero esfuércense, y no desfallezcan sus manos; pues hay recompensa para su obra".
Alabamos a hombres famosos y los ponemos en afiches, promociones, medios, pero ¿qué hacer con aquellos que pasan sin memoria, que mueren como si nunca hubieran sido?
Aquí algunos principios que tenemos que recordar:
1. Dios te Ve: Cada paso que das por la senda que vas, hay un Dios que te ve. ¡No importa tanto que otros te vean, sino que seas visto por Dios! Tu Padre que te ve en lo secreto, es el que te recompensará en público (Mt. 6.6). Solo asegúrate que tu motivación esté centrada en ser visto por Él y no para ser visto por los hombres (Mt. 6:1).
2. No se trata de ti sino de Él: En el Reino de Dios se trata acerca de “Jesus”. Juan el Bautista lo declaró correctamente refiriéndose a Jesus “pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado (Lc. 3.16). Mi nombre no importa tanto como el nombre que está sobre todo nombre... Jesus!
3. Tu fe y obras serán recordadas: Es posible que tú seas uno de los millones de desconocidos, pero hay un principio que recordar y es que tu fe y tus obras serán recordadas. Porque Dios no es injusto para olvidar nuestra obra y el trabajo de amor que hemos mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún (Heb. 6.10).
Entre los desconocidos de la Biblia tenemos a 7000 que se negaron a inclinarse ante Baal. Elías no los conocía, pero Dios si.
Para nosotros, basta con saber que, ya sea que nuestros nombres sean famosos o desconocidos; fáciles o difíciles de pronunciar; cortos o largos, están escritos en las palmas de Dios y en el cielo tienen un nuevo nombre (Isaías 49:16, Apoc. 2:17).
Esforcémonos en proclamar la obra de la Cruz, aun cuando nadie conozca nuestros nombres. Y que Dios nos bendiga!
Wilda M.V.
(Fuente de referencia: Vengatureinohoy)
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