"Tu palabra sabia de hoy"

Viernes 11.8.17

Santiago 1:14-16 "...Cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. Amados hermanos míos, no erréis".

3 cosas que las tentaciones, al convertirse en pecado, provocan: Derrota. Endurecimiento de  corazón. Tendencia a ir de pecado en pecado. Por eso el pecado siempre provoca muerte. Puede ser física, espiritual o de nuestras relaciones.

Frente a la tentación, digamos NO. Somos responsables de nuestro comportamiento. Satanás NO obliga a hacer algo, solo engaña y manipula (Génesis 3:13; 2 Corint.11:3). Nosotros somos quienes decidimos pecar.

Y no hay nadie que nunca peque, pero como cristianos no debemos practicar el pecado, sino honrar a Dios. Todo lo que nos lleva a pecar, debe ser desechado.

Nunca te preguntes ¿Hasta dónde puedo llegar sin pecar? Las mejores preguntas son: ¿Qué es lo más prudente?  ¿Cómo puedo lograr un carácter como Cristo ¿Cuál es la raíz del problema? ¿Por qué peco?... Y corta la raíz.

El apóstol Juan menciona 3 grupos de falsedades que Satanás utiliza (1 Juan 2:15-16): Deseos de la carne, deseos de los ojos, y vanidades de la vida.  Todo eso revela deseo de independencia de Dios, llevándonos a decir: “nosotros podemos hacerlo solos"

1 Corintios 10:13 muestra que Dios ha puesto límite a cada tentación, y no seremos tentados más de lo que podamos resistir. Dios no nos abandona, Él participa en nuestra lucha contra cada tentación. Para cada tentación, Dios ha planeado una salida. Nuestra misión es encontrarla y aprovecharnos de ella.

No confiar en nuestras fuerzas, a pesar de vencer la tentación, ésta puede volver. No bajar la guardia. Afirma tus pensamientos en la palabra de Dios. Lee, comprende y memoriza versos bíblicos. Ten en la punta de la lengua la palabra de Dios, como una espada desenvainada lista para la batalla.

Y que Dios nos ayude y bendiga!

Wilda M.V.

(Referencia: Mentefija)