"Destruir lo que divide"
En Josué 7:1-12 nos habla del pecado
de Acán. Lectura que resumo, pero te invito a leer: "Los hijos de
Israel cometieron prevaricación… porque Acán… tomó del anatema; y la ira de
Jehová se encendió contra los hijos de Israel. Josué envió hombres desde Jericó
a Hai… diciendo: Suban y reconozcan la tierra. Y así hicieron. Volviendo a
Josué, le dijeron: No suba todo el pueblo, sino como 2 o 3000 hombres, y
tomarán a Hai; [ellos] son pocos. Los 3000 huyeron delante de los de Hai. Los
de Hai mataron [israelitas] a unos 36 hombres… y los derrotaron en la bajada; …
el corazón del pueblo desfalleció… Josué rompió sus vestidos, se postró en
tierra sobre su rostro delante del arca de Jehová hasta caer la tarde, él y los
ancianos de Israel; echaron polvo sobre sus cabezas. Josué dijo: !!Ah, Señor
Jehová! ¿Por qué hiciste pasar a este pueblo el Jordán, para entregarnos en las
manos de los amorreos, para que nos destruyan?
!!Ojalá nos hubiéramos quedado
al otro lado del Jordán! !!Ay, Señor! ¿qué diré, ya que Israel ha vuelto la
espalda delante de sus enemigos? Porque los cananeos y todos los moradores de
la tierra oirán, y nos rodearán, y borrarán nuestro nombre de sobre la tierra;
y entonces, ¿qué harás tú a tu grande nombre? Y Jehová dijo a Josué: Levántate;
¿por qué te postras así…? Israel ha pecado, han quebrantado mi pacto … han
tomado del anatema, han hurtado, mentido, y lo han guardado entre sus enseres.
Por esto los hijos de Israel no podrán hacer frente a sus enemigos, sino que
delante de sus enemigos volverán la espalda…ni estaré más con ustedes, si no
destruyen el anatema…"
Los
israelitas experimentaron el dolor del pecado personal y el gozo de la
restauración. Josué les advirtió que no se enriquecieran en la batalla por
Jericó (Josué 6:18), pero Acán robó y
escondió en su tienda algunas cosas (7:1). Solo después de que su pecado fue descubierto
y juzgado (vs. 4-12), la nación pudo
reconciliarse con Dios.
Como
Acán, no siempre pensamos que "guardar pecados", aleja nuestro
corazón de Dios, afectando a quienes nos rodean. Reconocer a Jesús como Señor,
admitir nuestro pecado y pedir perdón, dan el cimiento para relaciones
saludables, con Dios y los demás. Al someternos a nuestro amoroso Creador,
serviremos y disfrutaremos de su presencia.
A
nuestro Señor que nos ayude a reconocer y confesar nuestros pecados y alejarnos
de ellos.
Y
que Dios nos bendiga!
(De "Nuestro pan
diario")
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