Martes 11.7.17
Eclesiastés 3:1-8 "Todo tiene su tiempo, y todo... tiene su hora. Tiempo de nacer, y de morir; tiempo de plantar, y de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y de curar; tiempo de destruir, y de edificar; tiempo de llorar, y de reír; tiempo de endechar, y de bailar; tiempo de esparcir piedras, y de juntar piedras; tiempo de abrazar, y de abstenerse de abrazar; tiempo de buscar, y de perder; tiempo de guardar, y de desechar; tiempo de romper, y de coser; tiempo de callar, y de hablar; tiempo de amar, y de aborrecer; tiempo de guerra, y de paz".
La sabiduría reconoce que todo en la vida tiene su tiempo, tanto en lo humano como en lo natural. Casarse, tener hijos, terminar la carrera, nuevo empleo, pensionarse… La vida es un constante pasar de etapa en etapa… y las prioridades van cambiando; por lo tanto se hace necesario canalizar las energías, en cada etapa.
Cuando vienen cambios, debemos aprender a discernir con responsabilidad y sabiduría qué nuevas acciones podemos tomar, y desear hacerlo todo para glorificar a Dios (1Cor.10:31).
Proverbios 3:6 promete que si reconocemos a Dios en nuestros caminos, Él nos guiará y mostrará en qué dirección seguir.
No hay cosa mejor para el hombre, que alegrarse en su trabajo, porque esta es su parte (vs.22).
Dios nos dirija en su tiempo, y nos bendiga!
Wilda M.V.
(Fuente de referencia: Nuestro pan diario)
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