martes, 20 de junio de 2017

"Tu palabra sabia de hoy"

Martes 20.6.17

Éxodo 17:10-13 "E hizo Josué como le dijo Moisés, peleando contra Amalec; y Moisés, Aarón y Hur subieron a la cumbre del collado. Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel prevalecía; mas cuando él la bajaba, prevalecía Amalec. Y las manos de Moisés se cansaban; por lo que tomaron una piedra, y la pusieron debajo de él, y se sentó; y Aarón y Hur sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro de otro; así hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el sol. Y Josué deshizo a Amalec y a su pueblo a filo de espada".

El pueblo hebreo viviría algo nuevo. Hasta ese tiempo el Señor era quien peleaba por ellos, dándoles la  victoria.  No usaban armas ni peleaban físicamente, pero ahora deberían hacerlo; y no significa que Dios los dejaría solos, sino que era parte de su entrenamiento.

Los hebreos deben enfrentar a Amalec y su numeroso ejército. Moisés comisiona a Josué para dirigir al ejército Israelita (varias de las batallas las pelea el Señor directamente a favor nuestro, pero otras debemos enfrentarlas nosotros -claro- con Su poder y ayuda. Cuando lo hacemos así, la victoria es nuestra).

Ver las adversidades como oportunidades, en las que el Señor se manifestará; y nosotros creceremos como soldados de su ejército.

Canaán les demandaría enfrentar muchas batallas, y era oportunidad, planeada por el Señor, para formarlos y adiestrarlos.

Deuteronomio 25:17-18 narra que Amalec desbarató la retaguardia de los débiles, cuando  estaban cansados y trabajados. Cuál león de cacería, Amalec, así como el enemigo del cristiano busca atacar a los débiles y a aquellos que están cansados, por eso el cristiano debe renovar sus fuerzas en Dios con la oración, y velando con  perseverancia. En el Señor está la fuerza.

Josué con su ejército bajó al valle para pelear contra Amalec, mientras que Moisés subió a la cumbre del monte para orar. Cada uno, de acuerdo a lo recibido de Dios, ejerce los dones, para beneficio del pueblo. Josué representa el hombre de batalla y acción, mientras que Moisés representa el hombre de la revelación y la oración;  y ambos son vitales y a su vez representan el equilibrio que el Señor espera de sus soldados: oración y acción. Así debe ser.

El hecho de que Moisés esté en la cumbre y Josué batalle en el valle, nos enseña el orden divino: primero lo espiritual (Dios) y después lo natural (material).

El Señor quiere dirigir las batallas y conquistas en la tierra, pero sucede que empezamos muchas cosas en las propias fuerzas, sin dirección de Dios, y vienen los penosos fracasos.

Nuestras manos se fatigan en muchas ocasiones, pero la reacción no debe ser renunciar, o abandonar, sino apoyarnos en Dios y en oración... Moisés, Aarón y Hur entre sí se ayudaron, sostuvieron sus manos hasta lograr la victoria sobre el ejército enemigo.

Enfrentamos batallas,  algunas más intensas que otras, pero el Señor es el mismo y en Él somos más que vencedores. No renuncies, persevera, la victoria está cerca, Dios viene a tu favor.

Dios te bendiga hoy!

Wilda M V.
(De Mensajes y sermones para predicar)

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