Meditación 12.4.17
Te invito a que leas Salmos 34.1-19, desde este mismo link.
Dios promete que cuando enfrentemos tiempos difíciles, Él
mantendrá su mirada sobre nosotros. El Señor quiere ser nuestro maestro y guía
en medio de la dificultad, pero debemos tener la actitud correcta para
reaccionar de acuerdo a sus señales. Es decir, necesitamos:
1. Tener el anhelo de obedecer solamente la voluntad de
Dios. La Biblia compara ese anhelo con el de un ciervo que jadea en
busca de agua (Salmos 42.1). Así debe ser con nosotros cada vez que
esperamos la dirección de Dios, en vez de actuar por nuestra cuenta.
2. Estar dispuestos a ser enseñados por Dios. Él
transformará las pruebas difíciles en oportunidades para enseñarnos, cuando le
buscamos para recibir orientación. Ese fue el caso de Ana cuando le rogó que le
diera un hijo (1er libro de Samuel 1.1–2.10). Y también el de María y
Marta cuando su hermano Lázaro murió (Juan 11.17-27). Necesitamos tener un espíritu dispuesto si
queremos aprender lo que Dios quiere enseñarnos. Dios sabe cuál es la mejor
manera de infundir sabiduría, y puede elegir el dolor y la dificultad como
medios de instrucción.
3. Rendirse a su voluntad. Antes de darnos a
conocer la solución que Él tiene, el Señor nos pide que nos entreguemos a su
voluntad. Nos llama a andar por fe, no por vista (2 Corintios 5.7), y a reconocer que sin Él somos impotentes
(Juan 15.5). Confesar nuestro sometimiento a su voluntad es
siempre lo mejor.
Las dificultades son una parte desagradable de la vida,
pero pueden ser de valor. Muchas veces, lo que quisimos evitar resultó
ser justamente lo que necesitábamos. Dios nos pide que tengamos un corazón
sensible, un espíritu dócil y una voluntad rendida. ¿Refleja usted estas cualidades?
(De Encontacto.org)
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