Jueves 1/12/16
1 Pedro 1:17-23 "Y si invocan por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según
la obra de cada uno, condúzcanse en temor todo el tiempo de su peregrinación;
sabiendo que fueron rescatados de su vana manera de vivir, la cual recibieron
de sus padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre
preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya
destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los
postreros tiempos por amor de ustedes, y mediante el cual creen en Dios, quien
le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que su fe y esperanza sean
en Dios. Habiendo purificado sus almas por la obediencia a la verdad, mediante
el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amándose unos a otros
entrañablemente, de corazón puro; siendo renacidos, no de simiente
corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y
permanece para siempre".
Se cuenta que, en el año 75 a.C., un joven de la nobleza romana
llamado Julio César fue secuestrado por piratas, tras lo cual se pidió un
rescate para liberarlo.
Cuando exigieron 20 talentos de plata (unos $600,000
dólares hoy), César se rio y dijo que era evidente que no tenían idea de quién
era él. Entonces, insistió en que elevaran el monto del rescate a 50 talentos.
¿Por qué? Porque creía que valía más de 20 talentos.
¡Qué diferencia entre la arrogante valoración personal de César y el
precio que Dios le pone a cada ser humano! Nuestro valor no se mide en
términos monetarios, sino por lo que el Padre celestial ha hecho a nuestro
favor.
¿Cuál fue el precio del rescate por salvarnos? La sangre de su único
Hijo en una cruz. Así el Padre nos liberó de nuestro pecado. Dios nos amó
tanto que entregó a su Hijo para que muriera en la cruz y resucitara de los
muertos para redimirnos y rescatarnos. Ese es el valor que tienes para Él. Nuestro valor lo
determina el precio que Dios pagó para rescatarnos.
(De la reflexión "¿Cuánto vales?", de "Nuestro Pan
Diario")
Aprendamos a:
1.Conducirnos en el temor de Dios todo el tiempo.
2.Asimilar que es necesario ser rescatados de toda vana manera de vivir.
3.Que el rescate solo ocurre mediante la sangre preciosa de Cristo.
4.Purificar nuestras almas por obediencia a la verdad.
5.Renacer de simiente incorruptible, que es a través de la Palabra de
Dios.
Dios te bendiga…
y seas muy valioso en Sus manos!
WMV
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