Proverbios 18:20 "Del fruto de la boca del hombre se llenará su vientre; se saciará del producto de sus labios". La versión bíblica Nueva Traducción Viviente dice: “Las palabras sabias satisfacen igual que una buena comida; las palabras acertadas traen satisfacción”
Cuando aprendemos a usar las palabras como Dios quiere, aprendemos a vivir en una bendición constante. Las palabras pueden sanar y herir los corazones, de tal manera que marcan la vida de una persona por años. Nuestras palabras tienen la capacidad de sanar la identidad de una persona o destruirla. Tal vez muchos de nosotros fuimos marcados por palabras descalificadoras que las hemos arrastrado por años.
Las palabras se cargan de emociones buenas o malas, se pueden cargar de unción o de las malas intenciones de nuestro corazón. Las palabras son un vehículo de expresión en las que viajan cosas que producen un efecto en el mundo que nos rodea, en ellas viaja la vida, la muerte, la bendición o la maldición, la salud y la enfermedad, el amor o el odio.
En verdad no es la palabra por si sola la que hiere, sino la sustancia y la intención que hay sobre las palabras; incluso palabras aparentemente amables pueden ser irónicas e hirientes.
“Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; Mas la lengua de los sabios es medicina” (Proverbios 12:18). Si somos sabios usaremos palabras de vida y aliento, palabras que son la medicina del corazón que muchos necesitan.
Nunca se justifica agredir el corazón de los demás con palabras hirientes, antes nuestra misión es dar vida y medicina con las palabras. Las cosas más difíciles se pueden pronunciar sin incomodar al otro. Hablemos como sabios.
“Panal de miel son los dichos suaves; suavidad al alma y medicina para los huesos” (Proverbios 16:24). Los que hablan vida, esperanza, fe y bendición están estableciendo el reino de Dios en la tierra.
Todos estamos hechos a imagen y semejanza de Dios, por lo que todos merecemos un buen trato. Aprende hoy a sanarte de palabras mal intencionadas que te dijeron; aférrate a lo que Dios dice, y aprende a hablar bendición, sabiduría y honestidad. (Un breve resumen de Avanzapormas)
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