martes, 22 de noviembre de 2016

"El nuevo nacimiento: ¿Por qué razón?"

Meditación 21.11.16

Juan 3.1-8 "Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Es necesario nacer de nuevo. El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; más ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu".

El error más grande que la gente puede cometer es también el único que jamás podrá ser corregido, es decir, vivir sin Dios para luego morir y ver cara a cara al Salvador que rechazaron. La decisión de vivir negando quién es Jesucristo no cambia la realidad de lo que sucederá algún día. Dios ha hecho todo lo posible por poner su verdad en forma escrita y protegerla a través del tiempo, para que podamos pasar la eternidad con ÉlEs una locura ignorar sus palabras.

Nicodemo, un fariseo y maestro, pudo haber cometido este error si hubiera seguido el pensamiento de sus colegas. Era miembro del sanedrín (Consejo supremo nacional y religioso de los judíos desde el siglo III a.C. hasta el siglo I d.C.), el consejo de gobierno que trataba de discernir las falsas enseñanzas y asegurarse de que se cumpliera la ley de Dios. Al comprender que las señales que Jesús hacía estaban más allá de la capacidad de un simple hombre, Nicodemo vino por la noche para hacerle preguntas. El Señor simplemente le dijo: “El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”. Esto debió haber sido una sorpresa para el fariseo que había confiado en su religión y su moral.

¿Es usted como Nicodemo? En otras palabras, ¿el compararse con otros le hace sentirse como alguien bastante bueno? ¿Cree que las buenas obras y la conducta religiosa pueden ganarle un lugar en el cielo? No importa cuánto desee que esto sea cierto, la Biblia enseña que todos hemos venido al mundo con una naturaleza pecaminosa, y nuestro pecado nos ha separado de DiosSer bueno no cierra esa brecha ni cambia el hecho de que “la paga del pecado es muerte (Romanos 3.236.23). Poner nuestra fe en el Señor Jesucristo es el único camino al cielo (Juan 14.6).

Medita en estas palabras y pide al Espíritu Santo que te revele la verdad.

(De Encontacto)


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