lunes, 31 de octubre de 2016

"Tu palabra sabia de hoy"

Lunes 31/10/16.

Éxodo 15:22-25

"E hizo Moisés que partiera Israel del Mar Rojo, y salieron al desierto de Shur; y anduvieron 3 días por el desierto sin hallar agua. Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso le pusieron el nombre de Mara. Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber? Y Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron. Allí les dio estatutos y ordenanzas, y allí los probó".

Y sobre esa lectura, les resumo "Dios nos lleva a la bendición", del devocional Mensajes y sermones para predicar.

...En su caminar por el desierto, el Señor mismo era quien iba delante de Israel. Ahí aprenderían el poder de la fe, de la alabanza; desarrollarían su confianza e intimidad con el Señor, y conocerían al Dios proveedor.

Era un gran desafío atravesar aquel desierto. Lo más importante era que el Señor mismo iba con ellos; por lo tanto sería el desierto un lugar de revelación y oportunidades para ver la gloria divina.

A mayor dificultad, mayor nivel de gloria!

El desierto es parte del camino; habla de aridez, soledad, peligro, adversidad.

La Biblia nos dice: "ellos llegaron al desierto de Shur" (en hebreo Shur significa: “pared”, “muralla” -figura de algo a superar), además, Israel llevaba “3 días sin hallar agua”, y eso produce preguntas, dudas, y reacciones diversas.

"El pueblo murmuró", se quejó...eso hizo más difícil y amargo el camino. Israel acababa de tener gran victoria; ver uno de los más grandes milagros: El Señor abrió el Mar Rojo, ellos lo pasarán y vieron caer el ejército egipcio.

Lamentablemente fue la continua queja la que no permitió que el pueblo de Israel cruzara rápidamente el desierto.

La alabanza produce un aroma que al cielo agrada, pero la murmuración genera un mal olor, y un sabor amargo que Dios no recibe.

“Moisés clamó a Jehová”, y es lo que debemos hacer ante la adversidad.

No gastes tus fuerzas quejándote; inviértelas buscando al Señor.

Dios le mostró a Moisés qué debía hacer, pues en Su presencia es que viene dirección y revelación para sortear los problemas.

Dios tiene el poder de transformar la crisis: “y las aguas se endulzaron”, Él puede cambiar sabor amargo por dulce. Dios trae sanidad al corazón herido.

“Y allí los probó”. Dios prueba ¿cómo respondemos ante las circunstancias de la vida? Murmuramos? Nos quejamos? Nos enojamos? Nos desanimamos? Volvemos atrás? O hacemos lo correcto? que es buscar al Señor y seguir sus instrucciones!

Es el Señor quien va delante de nosotros. Nuestro corazón puede descansar en Él; Su amor y Su bondad nos llevarán al mejor destino.

Aunque pasemos por momentos amargos -eso es temporal, pues el Señor cambiará los sabores y nuestra vida seguirá avanzando hacía el destino planeado.

"Dios te bendiga, y ayude a cruzar rápido tu desierto"!

WMV

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