lunes, 5 de septiembre de 2016

Método para estudiar la Biblia a diario"

Cuán importante es saber leer la Biblia. Leerla no es lo mismo que estudiarla. La Palabra de Dios, además de comprensión y práctica, merece mucho respeto.

La Biblia es uno de los libros más malinterpretados jamás escritos. Gran cantidad de personas la consideran muy difícil de entender. El objetivo de su estudio es poder entender el mensaje y el contexto correctos, y luego saber aplicarla y practicarla también correctamente.


Debes tratar de entenderla, de manera tal, que cualquier revelación que obtengas y que no encaje con la doctrina de Jesús debes desecharla.

Al leer los versos bíblicos hazte las preguntas: "quién", "qué", "cuando", "donde", y "cómo" para analizar los pasajes que leas. Por ejemplo, pregúntate "quién estaba allí", "qué estaba sucediendo", "donde sucedió este relato" o "qué resultados tuvo cierta acción". Estas preguntas sencillas harán que comprendas mejor la historia.

A continuación unas pautas para el mejor estudio de la Biblia:


1. Asignación de tiempo de lectura, no de cantidad de material a leer. Serán 20 minutos. No hay que hacer más aun cuando nos apetezca. Podemos, lógicamente, leer la Escritura durante más tiempo, o proceder a estudiarla, pero este devocional debe ajustarse al tiempo marcado.

2. Uso de una libreta especial. Debe ser una libreta con la que nos sintamos bien, que nos guste. Todo aquello que se dedica al servicio a Dios debe ser algo especial. Esta libreta es absolutamente personal. Deberemos tener la seguridad de que no pueden acceder otras personas a ella, a menos que nosotros deseemos compartir algo.
Un tamaño aconsejable es el de cuartilla.

3. Uso de fichas de tamaño mediano. Deberá poderse llevar con nosotros, por ejemplo en un bolsillo de camisa o similar.

4. Se escribirá el punto de inicio de lectura, así como el texto al que hemos llegado. Lo haremos en la parte superior izquierda. También escribiremos la fecha en la parte superior derecha de la hoja.

5. Se procederá a apuntar los textos que en esa lectura notemos que parecen especialmente dirigidos a nuestra experiencia personal y a nuestra necesidad.

6. Sólo escribiremos a razón de 7 u 8 palabras. Se escribe sólo la frase que tiene el mensaje concreto con el que nos sentimos identificados.

7. Al final de los 20 minutos, se selecciona, de entre los textos escritos, el que sentimos como más necesario para nosotros en ese momento. Será el mensaje del Señor para nosotros en ese día. Lo colorearemos en rojo.

8. Haremos una oración escrita en la parte inferior de la página llevando al terreno de la práctica el texto seleccionado. En todo momento sabremos cuál es la necesidad que ha llevado a que tomemos este texto concretamente. Le pediremos al Señor que nos ayude en el área a que hace alusión el texto bíblico seleccionado. De ahí que tenga que ser de uso privado el material que vamos escribiendo. Pueden llegar a escribirse sobre temas muy personales.

9. El texto del día lo copiaremos en la ficha pequeña, en cuyo encabezamiento se habrá puesto: “Semana del 21- 28 de julio”, por ejemplo.

10. Leeremos el texto tres veces al día, procurando que sea en horas más o menos fijas. Por ejemplo: si hacemos nuestra lectura por la mañana – lo cual es muy aconsejable, siempre que esto sea posible -, podemos repasar el texto antes de comer, antes de cenar y justo antes de acostarnos. No es necesario memorizarlo; sólo tenemos que leerlo de nuevo. Es un instante, pero suficiente para que traiga a nuestra mente

11. Al día siguiente repasaremos la página del día anterior. Como hemos respetado la capacidad de la memoria a corto plazo, este repaso será rápido, recuperándose con facilidad los mensajes y lo que representaron cuando los seleccionamos.

12. Después procederemos a hacer lo mismo que el día anterior. Cada día repasaremos en la ficha el texto del día tres veces, pero sólo el texto que corresponde a ese día. No repasaremos los de los días anteriores.

13. El sábado no haremos lo que hemos venido haciendo cada día, sino que tomaremos la ficha y seleccionaremos de entre los seis textos el texto de la semana. Lo pintaremos en amarillo, y lo leeremos igualmente tres veces al día.

14. Cuando lleguemos a las cuatro semanas, tomaremos las dos fichas pequeñas, escritas por ambos lados, y seleccionaremos, de entre los 24 textos, el texto del mes, que será aquel con el que más nos identificamos en ese momento. Lo pintaremos en verde. Habremos cerrado el ciclo que amortigua al máximo la curva del olvido.

(Por el Pr. Antonio Martínez). http://estudiarlabiblia.blogspot.com)



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