Meditación 27/09/16
Génesis
3.1-8 "Pero la
serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios
había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de
todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente:
Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del
fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni
le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a
la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que
comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el
bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para
comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la
sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual
comió así como ella. Entonces fueron abiertos los ojos de
ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y
se hicieron delantales. Y oyeron la voz de Jehová Dios que se
paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de
la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto"
El
Señor promete suplir nuestras necesidades, pero eso significa que lo hará a su
tiempo y a su manera. Puede que existan tentaciones que nos hagan desear ir por el camino
equivocado, por lo que hay que tener cuidado de no adelantarnos a Dios o
seguir una ruta que nos aleje de Él.
Algunas
personas creen que su seguridad descansa en cuentas bancarias, prestigio, otras
personas o posesiones. Esto puede hacer que nos volvamos adictos al trabajo sacrificando
nuestra relación familiar, o a participar en actividades poco éticas por el
beneficio económico. Sin embargo, al confiar en la seguridad que tenemos en
Cristo, podemos tener paz mental y emocional.
Otra
manera poco saludable de satisfacer nuestras necesidades es buscando compañía
fuera de los límites establecidos por Dios. Podemos encontrar alegría temporal en
una relación inapropiada, pero al final, ese camino conducirá al dolor y la
decepción.
El
enemigo quiere que busquemos nuestra provisión sin considerar a Dios. Satanás
engañó a Adán y Eva insinuando que el Señor estaba ocultándoles cierta
información importante; sugirió que su forma de proceder, no la del
Creador, podría hacerlos personas sabias. El primer hombre y la primera
mujer cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y les costó muy caro. Cuando
permitimos que la mentalidad incorrecta dirija nuestras acciones, nos metemos
en serios problemas.
Es
importante entender lo que hemos recibido mediante la relación con Jesús. Aprender
a depender de Él nos ayudará a evitar ir por el camino equivocado para
conseguir lo que necesitamos.
(De Encontacto.org)
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