Meditación 9/8
Lucas 12.29-34 "Ustedes, no se preocupen por lo que
habrán de comer, ni por lo que habrán de beber, ni estén en ansiosa inquietud. Porque
todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero su Padre sabe que tienen necesidad de estas cosas.
Mas busquen el reino
de Dios, y todas estas cosas les serán
añadidas. No teman, manada
pequeña, porque a su Padre le
ha placido darles el
reino. Vendan lo que
poseen, y den limosna; hagan bolsas que no se
envejezcan, tesoro en los cielos que no se agoten, donde ladrón no llega, ni
polilla destruye. Porque
donde está su tesoro, allí estará también su corazón".
Buscar a Dios por medio de su Hijo
Jesucristo debe ser nuestro principal objetivo. Eso requiere actitud de entrega,
diligencia, perseverancia, confianza y humildad.
Para buscar al Señor, ¿qué acciones
podemos tomar?
1 : Estudiar la Biblia.
El examen metódico y constante de ella hará crecer nuestra fe y nos dará lo que
necesitamos para vivir en santidad (2 Pedro 1.3).
2 : Mantener una vida de oración. Orar consiste en tener una conversación con Dios
que incluye tanto hablar como escuchar.
3 : Meditar en lo que leímos en la Palabra. Esto significa asimilar cada pasaje de la
Biblia, versículo por versículo, y preguntar al Señor qué significa.
Mediante la dirección del Espíritu
Santo llegaremos a comprender cómo aplicar su enseñanza a nuestra vida. Este proceso nos ayuda a absorber
sus verdades para guiarnos por ellas.
A medida que asimilamos los
principios bíblicos, adquirimos sabiduría. Se nos hace más fácil identificar donde está
trabajando el Señor, evaluar nuestras circunstancias a la luz de su naturaleza
y su plan, y saber cuándo actuar. Al escuchar los mensajes basados en la
Palabra de Dios, crecemos en el Señor. Escuchar implica actuar, en
respuesta a lo escuchado, sin desviar nuestra atención. Por último, debemos
observar cómo está Dios obrando en la vida de otras personas, lo que sirve
también como estímulo para nosotros.
Dios promete recompensar nuestra
búsqueda de Él.
Algunas veces seremos bendecidos con un mayor entendimiento espiritual, y otras
con un gozo inexplicable. Pero lo mejor de todo
es que buscar al Señor de corazón siempre nos permitirá encontrarlo
(Jeremías 29.13).
(De Encontacto.org)
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