Meditación 01.07.16
Hechos 13.16-22 "Entonces
Pablo, levantándose, hecha señal de silencio con la mano, dijo: Varones
israelitas, y los que teméis a Dios, oíd: El Dios de este
pueblo de Israel escogió a nuestros padres, y enalteció al pueblo, siendo ellos
extranjeros en tierra de Egipto, y con brazo levantado los sacó de ella. Y
por un tiempo como de cuarenta años los soportó en el desierto; y habiendo
destruido siete naciones en la tierra de Canaán, les dio en herencia su
territorio. Después, como por cuatrocientos cincuenta años, les
dio jueces hasta el profeta Samuel. Luego pidieron rey, y Dios les dio a Saúl
hijo de Cis, varón de la tribu de Benjamín, por 40. Quitado éste, les levantó
por rey a David, de quien dio también testimonio diciendo: He hallado a David
hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo
quiero".
El rey
David cometió varios errores graves a lo largo de su vida. Pero fue
llamado un varón conforme al corazón de Dios, y fue utilizado poderosamente por
Él para liderar a los israelitas. Lo que distinguía a David era la
prioridad que daba a su relación con Dios. David se deleitaba en conocer
al Señor, y lo buscaba fervientemente. Al escribir: “Mi alma tiene sed de
ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida”, declaraba que la
misericordia de Dios era mejor que la vida, y prometía alabarle durante
toda su existencia (Salmos 63.1, 3, 4).
David
veía al mundo desde una perspectiva centrada en Dios. Se maravillaba
del poder creador del Señor en el mundo, confiaba en su protección y
fortaleza, y proclamaba su fidelidad en sus escritos. También oraba
fervorosamente y con frecuencia, haciendo peticiones en la mañana,
esperando con ansias una respuesta. En las noches seguía buscando a Dios (Salmos 63.6).
Ambas
acciones —orar y meditar en el carácter de Dios— alimentaban su confianza en
el Señor. Su fe lo sostuvo a lo largo de su vida: como pastor de
ovejas, protegiéndolo de los ataques de animales salvajes; como joven,
derrotando al gigante Goliat; y como el líder ungido de la nación, librándole
de los planes sanguinarios del rey Saúl. Cualquiera que fueran las
circunstancias, buscaba al Señor y le daba prioridad a la relación que había
entre ellos.
(De Encontacto.org)
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