Meditación 10.05
Hebreos 11.23-28 "Por la fe Moisés, cuando nació, fue
escondido por sus padres por 3 meses, porque le vieron niño hermoso, y no
temieron el decreto del rey. Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse
hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de
Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores
riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía
puesta la mirada en el galardón. Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira
del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible. Por la fe celebró la
pascua y la aspersión de la sangre, para que el que destruía a los primogénitos
no los tocase a ellos".
Moisés, un pastor de
ovejas, se paró delante de Faraón y le ordenó al poderoso gobernante que
liberara al pueblo de Israel de la esclavitud. La confrontación debe haber
parecido un espectáculo ridículo, incluso para los esclavos a quienes Moisés
había sido enviado a libertar. Pero, después de 10 plagas y muchas
presentaciones ante el gobernante egipcio, Moisés
puso al país de rodillas con un cayado de pastor y su fe en Dios.
Andar
por fe en vez de guiarse por sentimientos, emociones y lógica humana, a menudo
significa ser malinterpretado.
Nuestras acciones pueden parecer absurdas, pero ¿qué podría ser más razonable que permitir que nuestro omnipotente
Padre celestial nos guíe? Cuando nosotros, como Moisés, consideremos que
nuestras destrezas y capacidades no están a la altura de la tarea por delante,
el poder de Dios realizará por medio de nosotros lo que Él desea que hagamos (vea 2
Corintios 12.9).
El Señor no siempre es “razonable” tal como nosotros conceptuamos la
razón, sino que se ocupa de nuestras circunstancias por medio de nuestra
obediencia.
Vivir
por fe exige dejar lo que consideramos mejor, para confiar totalmente en Dios; implica obedecer cuando el Señor nos dice que debemos hablar o actuar. Dios
quiere que confiemos en que Él tiene un
plan para nuestra vida y que está dirigiendo siempre las circunstancias y
manejando a las personas según su propósito.
Sea cual sea el desafío, usted puede
tener éxito si decide depender totalmente del Padre celestial. Él le pondrá de
pie frente a su Egipto personal y le dará la victoria. (De
Encontacto.org)
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