Meditaciones 4.3 y 3.3
4 de marzo
"El Peligro de la Conversación Frívola" Proverbios 12.13-22 "El impío es
enredado en la prevaricación de sus labios; el justo saldrá de la
tribulación. El hombre será saciado de bien del fruto de su boca; le será
pagado según la obra de sus manos. El camino del necio es derecho en su
opinión; el que obedece al consejo es sabio. El necio al punto da a
conocer su ira; el que no hace caso de la injuria es prudente. El que
habla verdad declara justicia; el testigo mentiroso, engaño. Hay
hombres cuyas palabras son como golpes de espada; la lengua de los sabios
es medicina. El labio veraz permanecerá para siempre; la lengua mentirosa
sólo por un momento. Engaño hay en el corazón de los que piensan el
mal; alegría en el de los que piensan el bien. Ninguna adversidad
acontecerá al justo; los impíos serán colmados de males. Los labios
mentirosos son abominación a Jehová; los que hacen verdad son su
contentamiento."
Pregunte
la definición de chismear, y le dirán algo acerca de esparcir rumores. Es
correcto, pero no lo es todo. Chismear incluye
cualquier conversación frívola o maliciosa que dañe a alguien. En otras
palabras, la conversación perniciosa es un pecado
universal de lo que todos hemos sido culpables.
Por
ejemplo, ¿ha hecho usted alguna vez un comentario negativo acerca de la manera
como se vistió una persona? ¿Le dijo a un amigo que alguien que usted conoce
debiera pensar en cambiar de trabajo? ¿Hizo comentarios acerca de la vida
personal de otro individuo? Permítame hacerle una última pregunta: ¿Sintió algo
en su espíritu mientras hablaba? Todos estos pueden ser ejemplos de chismes, de
palabras que sí dañan, a pesar de lucir inofensivas.
Los
comentarios frívolos se hacen a menudo de un modo que los hace parecer como si
no fueran chismes.
Las personas enmascaran el
chisme de tres maneras comunes:
1) En son de broma, 2) Usando detalles personales de los demás “como ejemplo” y 3) Disfrazando
la difusión de la información como una petición de oración.
Por
supuesto, no toda broma o ilustración es un chisme. El cuerpo de Cristo
está llamado, sin duda, a orar por quienes están enfrentando situaciones
difíciles. Por tanto, debemos conocer la
diferencia entre la conversación sabia y la frívola.
La
diferencia está en la motivación del corazón (Salmos 19.14). La lengua se suelta fácilmente cuando
la intención es arruinar la reputación de una persona o hablar de las
desgracias ajenas. Por el contrario, el deseo de
agradar a Dios y mostrar su gracia a nuestro prójimo, nos mueve a decir lo que
es bueno para edificar (Efesios 4.29).
3 de marzo
"Las Palabras de Nuestra Boca"
2 Timoteo 2.23-3.5 "Pero desecha las
cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran contiendas.
Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con
todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se
oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la
verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de
él. También debes saber esto: que en los postreros días
vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos,
avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres,
ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores,
intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos,
infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán
apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos
evita."
Chismear es considerado un pasatiempo relativamente inofensivo, en especial,
cuando se le compara con pecados como el asesinato o el adulterio. Satanás
ha pintado al chisme como algo insignificante, pero si examinamos esta mentira, veremos la horrible verdad. Dios,
en la Biblia, pone al chisme entre los pecados más
viles (Romanos 1.28-31).
Nada en cuanto al chisme es inofensivo. Ya sea que lo
dicho dañe intencionalmente, o solo sea algo frívolo, una persona puede ser
herida o avergonzada.
Un amigo se propuso encontrarle el origen a una dañina
habladuría acerca de él. Le preguntó a una persona tras otra: “¿Dónde escuchó
usted eso?” Después de conversar con 17 pastores, descubrió a la persona que
había originado el rumor. Esta persona reconoció que había especulado en voz
alta en cuanto a una situación que no conocía bien. Una reacción en cadena
había comenzado con un hombre que sacó una conclusión apresurada mientras
conversaba con un amigo.
Aunque
la víctima nunca se entere de lo que se habla a sus espaldas, el chisme siempre tiene consecuencias. Las personas que riegan cuentos revelan su condición interna:
“Porque de la abundancia del corazón habla la boca”
(Mateo 12.34). De una
lengua venenosa brotan la envidia, los resentimientos o el orgullo interno.
El
chisme tiene poder de herir, destruir reputaciones
y dividir iglesias. No tenemos el derecho
de dañar la vida de nadie. Dios es el único a quien debemos acudir
cuando oigamos un rumor. Los que enfrentan
pruebas necesitan de oración, no de lenguas que pregonen su desgracia
(Gálatas 6.2).
(De Encontacto.org)
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