viernes, 18 de diciembre de 2015

“Un Lecho Sin Mancilla”

Comparto esta breve reflexión, la cual entiendo es bien interesante, y puede llevar a meditar -por nosotros o para aconsejar a otros.  Dios bendiga a todos, y les dirija a través de su Espíritu Santo:

La sexualidad humana es, sin duda, una función que Dios creó no solo para procrearnos, sino para disfrutarlo, pues los seres humanos somos los únicos, dentro del reino animal, con la capacidad de disfrutar la relación íntima.

Dios solo bendice la relación sexual que se da dentro del marco del matrimonio. Fuera de éste es fornicación (Mantenimiento de relaciones sexuales fuera del matrimonio.) o adulterio (Relación sexual de una persona casada con otra que no sea su cónyuge) según sea el caso, y aunque físicamente también se disfruta, espiritualmente no hay bendición, ya que en el cristiano, el cuerpo se convierte en el templo del Espíritu Santo.

1 Corintios 5:15-19 dice: “¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitaré, pues, los miembros de Cristo y los haré miembros de una ramera? De ningún modo. ¿O no sabéis que el que se une con una ramera, es un cuerpo con ella? Porque dice: Los dos serán una sola carne. Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él. Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?”

El matrimonio es la unión de un hombre y una mujer -en un solo cuerpo-, cuya motivación es el amor y sellado para siempre -y por la vía legal. De ahí que la Biblia enfatiza su significado que va mucho más allá de un simple contrato de convivencia “Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno. Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.” (Marcos 10:7-9). El gozo sexual se debe disfrutar plenamente dentro del matrimonio.

1 Corintios 7:3-5 “El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido. La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer. No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia”

Disfrutar la intimidad es algo muy personal, íntimo y privado, pero esto no signifique que todo tipo de práctica sea valida, pues la Biblia enseña que: “Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios” (Hebreos 13:4)

Hoy día, estamos muy expuestos a la idea tergiversada de la práctica sexual sin ley. Muchos hacen uso de esa práctica, y ejecutan lo que Satanás enseña a la humanidad, mancillando así el lecho matrimonial, y -peor aún- ofendiendo a Dios.

El placer sexual, para el ser humano, es un regalo de Dios, y por lo tanto debe disfrutarse como Dios lo permite. Satanás te miente cuando te lleva por prácticas diferentes; y es lamentable que muchos cristianos están siendo atrapados en ese error; inclusive recibiendo apoyo de personas que están en niveles espirituales mayores que ellos, lo cual les lleva a perder su comunión y bendición de Dios.

Aquí una invitación a meditar, mayormente en los versos bíblicos indicados. Si realmente quieres bendición, a Dios debes honrar; pues de lo contrario, muchas preguntas sin respuestas tendrás; pero todo se resumirá en desobediencia a la Palabra de Jehová.

Obedece a Dios, y deja las consecuencias en sus manos (Dr. C. Stanley)

Orar, y pedir al Espíritu Santo que te hable, aún hay tiempo de enmendar...Cristo aún no ha venido por su pueblo santo... Quiero que seas parte de ese pueblo que se va con Cristo!!!



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