MEDITACIÓN 6.11
Esdras
8.22 "Porque tuve vergüenza de pedir al rey
tropa y gente de a caballo que nos defendiesen del enemigo en el camino; porque
habíamos hablado al rey, diciendo: La mano de nuestro Dios es para bien sobre
todos los que le buscan; mas su poder y su furor contra todos los que le
abandonan."
El
título de la meditación de hoy suena como el de un libro de autoayuda, que
promete fama, riqueza y prestigio si usted sigue diez pasos sencillos. Pero
Dios define a las cosas buenas de una manera totalmente diferente, que solo se
consiguen buscándolo a Él. Cuando hacemos del Señor la prioridad absoluta de
nuestra vida, podemos esperar las bendiciones de . . .
Una estrecha relación de amor. Quienes buscan a
Dios con pasión aprenden a conocerle genuinamente, y experimentan un
sentimiento de unidad con Él. El Señor no es ya una deidad distante, sino un
amigo íntimo. Y a medida que crezca su consagración, sentirá un amor que
trasciende a cualquier relación humana.
Satisfacción. El vacío que hay en todo corazón
puede ser llenado únicamente por el Señor. Toda la búsqueda terrenal de
placer o propósito palidece en comparación con la satisfacción de su presencia.
Gozo. Cuando buscar con afán al Señor se
convierta en la prioridad de su vida, encontrará un gozo que nada podrá
quitarle. Los sufrimientos y las dificultades no le destruirán, porque verá
todo desde la perspectiva del Señor.
La ayuda de Dios. Como dice el
versículo de hoy, la compasiva mano de Dios está sobre aquellos que lo buscan
con ahínco. De hecho, Él se complace en ayudar y suplir sus necesidades.
(De Encontacto)
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