MEDITACIÓN 14.8
Tito 2.11-12
“Porque la gracia de Dios se
ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando
a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y
piadosamente”
Una de las expresiones más grandes del evangelio se
encuentra en Tito 2:11,
donde Pablo nos dice: “La gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los
hombres”.
¿Cómo puede haber una noticia mejor que ésta? Lo que no fue
visible por muchos siglos, y lo que una vez no estuvo disponible, está ahora a
la vista. Además, esta gracia se ha manifestado no solo para el beneficio de
unos pocos elegidos, sino para “todos los hombres”. Es lo que el apóstol
llama en otro lugar el “poder de Dios para salvación” (Romanos 1.16).
Con tal poder a nuestra disposición, a veces nos sentimos
decepcionados cuando encontramos que hay varios capítulos dolorosos en el libro
de la gracia. Para la mayoría de las personas, la palabra “poder” da a entender
transformación instantánea y logro fácil. Muchas veces olvidamos que la gracia
es un maestro de escuela que ha aparecido con instrucciones muy específicas.
En Tito 2.12
descubrimos esta enseñanza. Este maestro ha aparecido para “[enseñarnos] que,
renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo
sobria, justa y piadosamente”. Podemos aprender a decir no al pecado y a los
deseos mundanos. Podemos aprender en qué consiste la santidad, y también
encontrar maneras acertadas de adquirirla y demostrarla.
Además, podemos hacer
esto aquí y ahora, aunque nuestro entorno parezca poco receptivo. Y es solo por
medio de la gracia de Dios que podemos tratar de tener una vida recta.
Este aprendizaje puede tomar tiempo, pero el progreso en esta
escuela es tanto un tributo a la gracia de Dios, como son los cambios
inmediatos que a veces se producen en una persona después de ser salva.
(De Encontacto.org)
No hay comentarios:
Publicar un comentario