MEDITACIÓN 16.7
Isaías 55.8-9
“Porque mis pensamientos no
son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como
son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que
vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
Cuando la adversidad golpea con mucha fuerza, podemos caer en
un abismo de desánimo y desesperación. Pero, aunque podamos considerar las
dificultades como derrotas, el Señor las ve como oportunidades para hacer
grandes avances. Su propósito al permitirlas no es destruirnos, sino estimular
nuestro crecimiento espiritual. En su gran sabiduría, Dios sabe cómo tomar una
situación horrible y utilizarla para transformarnos a imagen de Cristo, para
hacer su voluntad.
Toda adversidad que viene a su vida pasa primero por el
permiso de la voluntad de Dios. Eso no significa que la dificultad sea su
voluntad perfecta, pero sí que ha permitido la prueba para poder llevar a cabo
sus maravillosos propósitos para nuestra vida. Aunque parte del sufrimiento que
vemos y experimentamos parece incomprensible, tenemos que reconocer que nuestra
perspectiva es muy limitada, y que no podemos entender siempre lo que el Señor
está haciendo.
Nuestro Padre celestial ve cada aspecto de la vida, pero
nuestra visión está restringida a lo que está delante de nosotros. Los planes
de Dios lo incluyen a usted y también a toda su creación, y estos planes van
desde el comienzo del tiempo hasta la eternidad. Aunque nunca entenderemos la
mente infinita de Dios, sí podemos conocer su fidelidad y su amor.
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